Hoy celebramos el Día Nacional del
Celíaco, tras un mes en el que hemos aprendido más sobre esta
afección gracias a la iniciativa Mayo Celíaco, que en Twitter
se aglutina bajo el hashtag #mayoceliaco.
Señorita Deslactosada se quiere unir a
este día, así que he preparado una receta sin gluten y sin
lactosa. Yo no soy celíaca, por lo que he tenido especial
cuidado a la hora de comprobar si los ingredientes necesarios
para elaborarla son libres de gluten. Eso sí, la recomendación es
comprobar siempre el etiquetado y no comprar productos
a granel, ya que es complicado comprobar si existen trazas de
gluten o si se ha producido contaminación cruzada.
Para estar
más segura, he consultado los datos de las web de la
Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) y
la Asociación de Celíacos y Sensibles al Gluten de la Comunidad de Madrid. En los enlaces encontrarás mucha información útil.
Celíacos y deslactosados:
tened mucho cuidado cuando compréis especias. Algunas pueden
contener trazas de leche y gluten. Leed bien las etiquetas.
Están por todas partes |
He elegido una de mis recetas favoritas
para el buen tiempo, el hummus. Os aviso: no es una receta
canónica, es la que yo preparo en casa. Si cometo alguna herejía
culinaria, mil perdones. Lo suelo servir como entrante para
compartir, así que los ingredientes están calculados para un plato
muy generoso.
Ingredientes:
- Garbanzos: puedes utilizar los secos de toda la vida o los de bote. Si la conserva es de calidad, te ahorra tiempo y el resultado es igual de bueno que con los otros. Yo, que soy una Churra de la vida, no tengo olla rápida, ni robot de cocina. Soy de “Minipimer”, por lo que he optado por garbanzos al natural de la marca Anko, que están muy ricos. Los congelados no los recomiendo para esta receta.
- Un diente de ajo: le puedes poner el que quieras, aunque yo lo prefiero suave.
- Zumo de limón: es otro elemento que puedes usar al gusto. He usado medio limón mediano.
- Un poco de ralladura de limón: potencia el gusto cítrico, pero no uses mucho ya que desvirtuará el sabor.
- Aceite de sésamo: yo he usado el de la marca NaturGreen que compré en EcoEco (tienda granadina que me encanta), me parece que tiene buena relación calidad-precio.
- Sésamo (ajonjolí): una cucharadita es suficiente.
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE): escoge uno que no tenga un sabor muy intenso.
- Comino en polvo: poquito, la punta de un cuchillo.
- Pimentón: dulce, agridulce o picante, el que prefieras. Mi favorito es el agridulce. Le he puesto media cucharadita, más un poco espolvoreado para presentar. Información sobre el pimentón y el gluten, aquí.
- Sal
- Un poco de agua o agua de cocción de los garbanzos (si los cueces en casa).
Como os digo, ninguno de estos alimentos contiene ni gluten ni lactosa de forma natural, pero hay que mirar siempre el listado de ingredientes por si acaso.
Elaboración:
Si usas garbanzos secos, debes
ponerlos a remojo la noche anterior para que se rehidraten. Se
escurren y se ponen a hervir hasta que estén blanditos. Si optas por
la conserva, escurre los garbanzos y lávalos bien bajo
agua fría. Por otro lado, exprime el limón.
Ralla finamente un poco de piel. Pela el ajo y retira el
germen. Corta en tres o cuatro trozos.
En un recipiente donde puedas batir con
comodidad o en una batidora de vaso, introduce los garbanzos,
la sal, el ajo, la ralladura y el zumo de limón (no lo pongas todo al principio, ve
probando para rectificar), el comino, el sésamo y el pimentón. Para
ayudar a batir añade unas cucharadas de agua o agua de haber
cocido los garbanzos, pero hazlo paulatinamente para que no se
quede muy líquido.
Y ahora ha llegado el momento de batir
como si no hubiera un mañana si quieres conseguir una textura
fina y sedosa. Primero bates a toda velocidad hasta que consigas un
puré consistente. Una vez lo tengas es el momento de añadir
el aceite de oliva. Yo lo hago con un hilo de aceite y con la
batidora a velocidad baja, como cuando emulsionas una
mayonesa. Cada vez brillará más y estará más sedoso. No
te pases de aceite, que ahora toca hacer lo mismo con el aceite
de sésamo, aunque la proporción en mi receta es menor. 2/3 de oliva
y 1/3 de sésamo.
Tras añadir los aceites, lo trituro un poco más,
hasta que la batidora se queda “berreando” como dice
Cristóbal de Masterchef. Lo dejamos enfriar con un papel
film bien pegado al hummus para que no forme costra.
Para rematarlo, justo antes de llevarlo
a la mesa, espolvoreamos con pimentón y añadimos un
chorrito de aceite de oliva y otro de aceite de sésamo.
Lo bueno de la receta es que puedes
variar la cantidad de especias a tu gusto. Es cuestión de ir
probando. Según la cantidad de agua y aceite puedes jugar con la
textura, aunque mi recomendación es no pasarse con ninguno de los
dos. También puedes cambiar la presentación y añadirle
sésamo, unas aceitunas negras en rodajas, bastones de zanahoria cruda. Umm, qué
hambre. Espero que os guste y que os aproveche.
¡Dedicado a todas las personas
celíacas en su día!
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