domingo, 14 de septiembre de 2014

Top Chef 1: The walking chef

Ser zombi da mucha hambre  / Fuente fotos originales: Atresplayer
No quepo en mí de gozo tras el primer programa de la segunda temporada de Top Chef, que puedes ver aquí. El estreno no defraudó: pompones de cortejo, platos Walking Dead, quimifilia extrema, rábanos esculpidos, vísceras, abuso de la palabra explosión, fratricidio... Todo muy ex-tre-mo y regado con frases antológicas, de intensidad dramática culebronesca. Os lo cuento en esta nueva crónica gastrocatódica.

Esta edición ha traído algunos cambios que, opino, han venido fenomenal al formato. El casting está muy bien elegido y me puedo imaginar a sus responsables frotándose las patitas cuando apareció ese monstruo mediático que es Carlos Medina. Aviso: soy muy fans de su furia levantina. Además, Antena 3 ha eliminado ese canto al amarillismo televisivo que era El Almacén y lo han sustituido por Los Secretos de Top Chef. Con un planteamiento más didáctico y gastronómico.

El primer programa consistió en una maratón de cocina en la que 16 aspirantes luchaban por los 12 juegos de cuchillos que dan el pase a las cocinas de Top Chef. Se grabó en La Neomudéjar, una nave industrial que ahora alberga proyectos culturales. Todo muy punky, en consonancia con lo que vendría después. El Jurado, compuesto por Chicote, Susi Díaz y como novedad, Yayo Daporta, diseñó tres pruebas.

La primera, capitaneada por Yayo Daporta, se centró en la técnica y el trato al producto. Propuso a los concursantes elaborar un carpaccio de corvina. “Un cocinero tiene que saber cortar cualquier cosa”, afirmó Teresa. “Hay que jugar a la explosión”, apostilló Carlos. “Una corvina con corbata, ¿es una corbatina?”, preguntó Chicote.

Momentazos:
  • Los Hermanos Resplandor comienzan su degüelle fraticida. Francisco, con la mesa repleta de despojos de pescado, afirma de su gemelo: “Mi hermano, cuando se marchó a Mayami, ha decrecido un montón profesionalmente y yo creo que su cuenta bancaria sí ha aumentado”. Enternecedor.
Amor fraternal  / Fuente fotos originales: Atresplayer
  • Irina y su “carpaccio acebichado”. Mira que Yayo se lo advirtió: “Emplata como creas conveniente”, que viene a se lo mismo que decirle: “Tú verás, pero eso no es lo que se te ha pedido”. Rebeca, que también había venido a hablar de su libro, hizo un tiradito. Que van a tener que hacer un especial de Barrio Sésamo para aprender lo que es un car-pa-ccio. Caaaar-paaaa-ccioooooo.
  • La actitud de Rebeca. Yayo le preguntó (con retranca, diría yo) ¿Cómo se siente una autodidacta al lado de una Estrella Michelín? A lo que ella replicó: “Pues bien, aprendiendo”. ¡Muy bien echado ese ojillo a Fran!
Rebeca aprendiendo por ósmosis  / Fuente fotos originales: Atresplayer
  • Los momentos “monje cartujo” de Yayo. Ahí hablando con los ojos, acongojando al personal.
Las esfinges de la puerta de Uyulala  / Fuente fotos originales: Atresplayer
  • El concepto (alternativo) de modernidad de Honorato. Qué pena que no se quedara, tan majo, con su pelazo. Es muy injusto: ahora llega un tío con barba y dice que el rábano esculpido es lo más cool del universo por su evidente guiño a la decadencia de la posmodernidad y se nos hace a todos el culo azucarillo.
  • La gallardía de Pablo, que dejó el corte del pescado para el final para que no se oxidara.
  • A Carlos lo dejo para el final, como hago con el bocado más rico de cada plato. Qué forma de emplatar, lanzando pegotes de salsa al plato desde la estratosfera. Su estética distópica dejó a la “anarquía de un risotto” de Begoña del año pasado en pañales. Yayo le propinó un sonoro ¡zas!, en toda la boca: Carlos le sugirió probar su plato con pinzas, a lo que Yayo respondió: “Si no te importa, voy a usar el tenedor, ¿o te vas a comer tú el plato?”. Por si fuera poco, tras la cata le soltó: “no sé en este momento lo que llevo en la boca”. A la furia valenciana no le sentó bien la crítica. Marta, opinó: “El de la barba está un poco como inaccesible”.
Kansas tras el tornado / Fuente fotos originales: Atresplayer
Los ganadores de esta prueba y por tanto primeros concursantes oficiales de Top Chef fueron:
  • Fran, que realizó el mejor plato
  • Inés, que elaboró un plato “delicado”
  • Teresa, que sabe cortar de todo
  • Pablo, que arriesgó para respetar el producto

La prueba de Susi fue la que más me gustó. Entró en juego la casquería. ¡Gore! ¡Sangre! ¡Higadillos! Y es que , si eres una entusiasta acérrima de los zombis, esta prueba te mola mucho. Susi pidió que cocinaran un plato de casquería en el que resaltara la belleza (ejem). La reacción de Carlos me sorprendió, para lo ex-tre-mo que parece: “¿Qué coj... hago ahora? He tenido ganas de darme la media vuelta e irme”. Afortunadamente no lo hizo.

Momentazos:
  • La comparación de Chicote Rebeca / Sarah Connor: “Peleando con las máquinas todo el día”. Rebeca no pudo terminar sus gyozas.
  • Marta, replicando a Rebeca Connor: sus esfuerzos por hacer funcionar la licuadora sin enchufarla me hicieron sufrir.
  • Susi, desgarrada, espetando: “Honorato, ¿qué me has hecho? “Un homenaje a Mallorca”, respondió nuestro Honorato. “El homenaje se lo habrás hecho a tu pueblo, porque a mí no”, confesó la chef, que por cierto, odia la casquería. Honorato se llevó el honor de haber cocinado el primer “plato combinado” de esta edición (Borja, te tenemos en nuestros corazones).
  • Carlos y su furia desatada en una batalla desquiciada por el control de la vitro con Irina. Todo para presentar “el plato zombi por excelencia”, según definición de Chicote. Susi casi muere del asco ante sus sesos con nitro crumble morro y sangre falsa. Todo un homenaje a Tom Savini. 
Esto te lo comes tú, majo / Fuente fotos originales: Atresplayer
Los vencedores fueron:
  • Víctor, el grafitero, que me parece un solete
  • David “Lingüini” (clavadito)
  • Joaquín, al que veo muy discreto y trabajador
  • Marta, a pesar de su momento Amish con la licuadora

La última oportunidad para entrar en el concurso llegó de mano de Chicote. Propuso cocinar un plato en el que reinara el tomate.

Momentazos:
  • El ego de Marcjoli, otro que habla de sí mismo en tercera persona y con apellido. Se comparó con Dalí y luevo tuvo los arrestos de decir que Carlos está muy “subido”. Pura coherencia.
  • Peña y sus nervios: “Quiero hacer una sopita, una sopita, una sopita concentrada de tomate”. Le metes musiquilla y canción del verano.
  • Irina: primero dejó a Chicote con la palabra en la boca. Luego le explicó que los pompones que luce en el pelo son para indicar que busca novio. La cara de terror de Chicote era antológica. Grande, Irina.
Chicote huyendo del folclor andino / Fuente fotos originales: Atresplayer
  • Honorato y su sofrito “Van Helsing”. De verdad, que intentó modernizarse, que su plato era una evolución de tomate. Pero el ajo le traicionó.
  • El boicot de Gemelo Maligno I a Gemelo Maligno II. Le puso cabrales a su plato para que Chicote se quedase sin paladar y no pudiera saborear el plato de Gemelo Maligno II. ¡Ya os vale, muy feo eso entre hermanos!
  • Chicote a Francisco: “Llamas ñoqui a tu plato por no llamarlo José Luis o Ignacio”. Jajajaja.
  • Carlos: a partir de ahora QuimiKarlos. “Yo no sé vivir sin productos químicos”, explicó. Su búsqueda de alginato será recordada en los anales de la televisión patria. Mientras su furia iba en aumento descubrió que ¡Honorato tenía el alginato! No se lo comió de milagro. En su paroxismo nitrogenado, congeló una placa de inducción. Al final presentó un “huevo crudo en mal estado”, que ni era huevo ni estaba en mal estado. Marcjoli opinó: “No me gusta, no me gusta”. QuimiKarlos retó a Chicote: “Como no te gusta el huevo, te he preparado un huevo”. Y le funcionó. Para regocijo de muchos, ¿verdad, Gemma?, consiguió sus cuchillos.

Carlos - Reanimator / Fuente fotos originales: Atresplayer
Los ganadores fueron tres:
  • Peña, que presentó la mejor propuesta
  • QuimiKarlos, su ego y su huevo salmonelósico
  • Marcjoli, su ego, y su plato de “césped”, según Chicote

Chicote, decepcionado, decidió otorgar tres plazas y decidir la última con otra prueba. El último juego de cuchillos sería para el que preparara el mejor plato de pasta fresca rellena. ¡The ultimate Kombat!

Momentazos:
  • Irina y su concepto de relleno. Cuando Chicote le advirtió de que una mísera hoja verde no podía considerarse como relleno, decidió crear uno a base de ¡¡¡¡salchichón!!!! ¡OH my Glob! Imagino que Irina no habría probado nunca tan excelso embutido que al aplicarle calor se convierte en las salinas de Cabo de Gata. Chicote sentenció: “Me recuerda a los bocatas de madrugada”. No estoy de acuerdo: yo me he comido bocatas de madrugada en pleno subidón dispsómano mucho más ricos que eso. Aunque mataría por probar un cebiche de Irina. 
  • Francisco, expresando su deseo de “pisar la cabeza” de su gemelo. Con tanto mal rollo entre ellos, más pendientes de boicotearse mutuamente que de cocinar, no me extraña que se quedaran fuera del concurso.
  • El grito tarzanesco de Honorato tras ser eliminado. Lo remezclan con la “sopita” de Peña y otro temazo rompepistas.
¡Vuelveeee! Fuente fotos originales: Atresplayer
  • Finalmente, Rebeca consiguió el último juego de cuchillos. Pero, ojo, que en el próximo programa, los concursantes eliminados optarán a una plaza. Yo espero que se la lleve Honorato, del que me declaro fans superlativa.
Rebeca, sus cuchillos y el ravioli de la victoria  / Fuente fotos originales: Atresplayer
¿Qué os pareció el arranque de Top Chef? ¿Quién os sobra y quién os falta entre los elegidos? ¡Espero vuestros comentarios!

2 comentarios:

  1. No había podido terminar de leer tu post hasta hoy! Yo también me declaro fans superlativa pero del zombie pasionismo de los sesos. Ahora hasta les tengo ganas en la cocina.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo con la textura de los sesos, no puedo. Mira que en Granada son típicos. En Los Diamantes los ponen muy buenos, aunque yo no les haga muchas palmas.

      Eliminar