viernes, 18 de abril de 2014

Deslactosada 1- Espinas 0: Receta de caballa en aceite


No se si os pasa a vosotros, pero como vea en el mercado o supermercado un bicho, hortaliza, lo-que-sea con buen aspecto, me lo tengo que llevar. Aunque no esté previsto en la lista de la compra. Pues eso hice el otro día con unas caballas que me embaucaron con su iridiscencia y su precio, 2,50 euros el kilo.

Como no las íbamos a consumir en el momento y aún rumio el fracaso de mi último escabeche fallido, decidí prepararlas en aceite. Me he basado en la receta publicada en Pan y aceite en mi cocina, a quien agradezco la inspiración. He añadido algunos cambios.

Por supuesto, y como todas las recetas del blog, está libre de lactosa.

Ingredientes (para 4 personas o en el caso de Villa Deslactosada, 3 con buen apetito):

  • 3 caballas de unos 200 gramos cada una
  • AOVE (aceite de oliva virgen extra), yo utilizo uno de cooperativa jiennense.
  • Dientes de ajo al gusto (yo puse 6)
  • Granos de pimientas variadas al gusto. Ya sabes, abre el molinillo mix de pimientas.
  • Unas hojas de laurel. Reconozco que yo le pongo bastante, soy una fangirl del laurel.
  • Peladura de limón o de naranja.
  • Sal
  • Paciencia

Elaboración:

En una olla grande, donde nuestras caballas naden libres sin romperse, ponemos agua y la llevamos a ebullición. Mientras aprovechamos para limpiar las caballas, retirando la cabeza, tripas y espina central. También puedes pedirle a tu pescadera/o que te las limpie, que es lo que hice yo el otro día.

Cuando el agua rompa a hervir, añadimos un poco de sal, un chorrito de aceite, una hoja de laurel partida y un diente de ajo golpeado. Introducimos las caballas y cuécelas. Dependiendo del tamaño de las caballas tardarán más o menos tiempo. Sabrás que están hechas cuando su color cambie a blanco. No te pases de cocción o se quedarán correosas. Mis caballas cocieron durante tres minutos.

Sacamos con amor las caballas de la olla y dejamos que se enfríen. Una vez frías, la piel sale fácilmente tirando con cuidado. Ármate de paciencia y con unas pinzas, o con las manos limpias, empieza a operar a tus caballas hasta extraer todas las espinas. Intenta no destrozar los lomos. Mi técnica Jedi consiste en masajear el lomo “a contra espina”, para hacerlas más visibles. También ayuda partir los lomos a la mitad, de forma longitudinal para sacar las espinas centrales.

Preparamos el recipiente donde vayamos a guardar nuestra caballa. Ponemos una capa de aceite, los dientes de ajo sin pelar, pero con un golpecito, peladura de cítrico (me encanta con naranja) unas hojas de laurel y pimienta al gusto. Colocamos los lomos de caballa encima y cubrimos con aceite. Antes de comérselo, hay que dejar reposar, como mínimo 24 horas. Así que paciencia, ¡y a disfrutar!

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